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LLAVES  PARA  LA  ORACIÓN  CONTESTADA

Por Rhonda Sciortino

LLAVE No. 11: DA A OTROS (3)

Así que, cuando ayudamos a otros, recibiremos ayuda en nuestro tiempo de necesidad.

Tratar bien a otros, especialmente cuando no lo merecen, demuestra nuestro amor por Dios de una manera palpable. 

 

La Palabra de Dios dice:  “Lo único que cuenta es la fe que se expresa a través del amor” (Galatas 5:5-6), así que al dar amor a los demás, nuestra fe trabaja literalmente para dar respuesta a nuestras oraciones. 

 

Al expresar nuestra fe, la estamos ejercitando.  Y como es el caso con cualquier músculo que se ejercita regularmente, nuestra fe se fortalece posteriormente.

Puede ser muy difícil tratar a personas poco razonables o complicadas. Después de todo, no se lo merecen.  Tampoco se lo han ganado.  A menudo confunden la bondad con la debilidad, lo que a veces lleva a que su mal comportamiento empeore en lugar de mejorar.  Sin embargo, somos llamados por Dios a amarlos.

Cuando Dios nos llama a amar a los demás (Juan 13:34), Él no está diciendo que tenemos que confiar en personas difíciles.  No está exigiendo que pasemos todo nuestro tiempo con personas tóxicas o que tratemos de resolver todos sus problemas. 

 

Él nos está pidiendo que demostremos nuestra confianza en Él tratando bien a las personas.

 

De hecho, Dios efectivamente dice que si tenemos los medios para ayudar a los demás, pero solo hablamos y no actuamos, el amor de Dios no está en nosotros (1 Juan 3:17-18).

A veces, tratar bien a la gente se ve como lo que comúnmente se conoce como “amor duro”

 

Sí, se supone que debemos ser cariñosos, pacientes, bondadosos, humildes, aguantar grandes sufrimientos y ser perdonadores; pero también podemos ser llamados a hacer que la gente sea responsable, a entregar mensajes fuertes o a hacer otras cosas que a otros no les gustan. 

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