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LLAVES  PARA  LA  ORACIÓN  CONTESTADA

Por Rhonda Sciortino

LLAVE No. 11:  DA A OTROS (4)

Así como una verdadera amiga te dirá cuándo tienes algo atrapado entre los dientes, cuándo tu cierre está abierto, o cuándo la parte de atrás de tu falda está metida en tu media-pantalón, de la misma manera se supone que debemos ser verdaderos en nuestras amistades.

 

Y decirles la verdad cuando sea necesario.

Cuando estamos en la posición de dar un mensaje difícil a alguien, Dios nos pide que lo hagamos con amor (Efesios 4:15).

 

No se espera que resolvamos todo, pero cuando somos guiados por el Espíritu Santo de Dios a decir algo a alguien, debemos estar dispuestos a entregar su mensaje de una manera amorosa y confiar en Dios en lo demás, incluso cuando no hay nada dentro de nosotros que quisiéramos usar en estas circunstancias difíciles.

Sin embargo, debemos tratar de entablar una conversación de amor, aunque podamos terminar en conflicto con esta persona. 

 

Si Dios quiere usarnos en una situación incómoda, Él nos dará las palabras correctas en el momento adecuado, y Él preparará el corazón de la otra persona para recibir y procesar las palabras que Él nos da para decir. 

 

Seguir Su orientación para saber cuándo hablar y qué decir es crítico.

Así que, mientras esperas la respuesta a tus oraciones, escucha y actúa en la dirección del Espírítu de Dios acerca de dar tu tiempo, dinero, consejo u otros recursos para ayudar a otros. 

 

Haciendo lo que Dios te guía a hacer, a pesar de lo que quieres o no quieres hacer, es obediencia a Dios.  Nuestra obediencia es un sacrificio que le hacemos a Él, y hacer lo que es agradable a Dios es una de las razones por las que obtenemos lo que pedimos en la oración (1 Juan 3:21-22).

La desobediencia no necesariamente te costará tu vida eterna, sino que te roba la fe, la confianza y la audacia de acercarte a Dios con tus peticiones.  Ya sabemos que la fe vence el mal (1 Juan 5:4), cuando la fe disminuye, el mal puede entrar y matar, robar o destruirte y destruir el buen plan de Dios para ti.

Comportarte de una manera amorosa hacia todos, especialmente hacia aquellos que son difíciles de amar, es una manera palpable de honrar a Dios. 

 

Y como vemos en Deuteronomio 28 y a través del libro de Proverbios, Dios protege, bendice y recompensa a aquellos que le honran y le obedecen.

 

Así, demuestra tu fe dando lo que será un sacrificio personal.  Hazlo por Dios y mira con alegría lo que Él hace por ti.

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