
LLAVES PARA LA ORACIÓN CONTESTADA
Por Rhonda Sciortino

LLAVE No. 6: ELIMINA EL LENGUAJE NEGATIVO (2)
La palabra de Dios dice que debemos “regocijarnos con los que se regocijan y llorar con los que lloran” (Romanos 12:15), lo que me dice que Él pone a la gente en nuestras vidas para consolarnos durante nuestras bajas y celebrar durante nuestras altas.
Dios sabe que habrá momentos en nuestras vidas cuando lloramos. Él sabe cada lágrima que lloramos. Pero sentir las emociones y consolar a los demás no nos da licencia para hablar en voz alta nuestros temores.
Cuando vamos más allá de hablar de los hechos de lo que está sucediendo en nuestras vidas y comenzamos a especular sobre los temores para el futuro, volvemos nuestra atención a los problemas, más que a Aquel que tiene las soluciones.
Si somos totalmente honestos, en gran parte de la conversación que tenemos acerca de nuestros problemas, hablamos para obtener simpatía.
Piénsalo. Si llamo a una amiga y le digo que el auto se está descomponiendo, que los niños se portan mal y que me duele la espalda, ¿qué logro realmente?
A menos que mi amiga sea mecánica, ella no puede arreglar el coche. A menos que sea psicóloga infantil, realmente no puede hacer nada por los niños. Y a menos que sea médica, probablemente no puede aliviar el dolor en mi espalda.
Mientras que puede sentirse bien descargar todo eso de mi pecho, lo que realmente he hecho es hacer que mi amiga se sienta mal por la carga de mis problemas o que estoy perdiendo su tiempo.
Ella puede que sea demasiado amable para decírmelo, pero puede alejarse de nuestra relación cuando se dé cuenta de que después que me habla, se siente triste.
Y en el tiempo que tardo en contarle todas las cosas malas que me suceden,