no he escuchado lo que pueda estar pasando en su vida. No he valorado su vida ni la he hecho sentir mejor sobre lo que puede estar pasando en su vida.

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No hay nada malo en llamar a una amiga y pedirle una ayuda, o que ella cuide a los niños, o para cualquier otra necesidad específica que puedas tener, pero presta atención a tu lenguaje y asegúrate de que no estás neutralizando tus oraciones por hablar acerca de todas las cosas que están mal en tu vida, como si nunca fueran a cambiar. 

 

Más bien, habla de cómo esperas que las cosas mejoren.

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Conversaciones positivas y llenas de esperanza son edificantes e inspiradoras para los demás.

 

Escuchando y ayudando a otros en medio de todo lo que les preocupa, demuestra que confías en que Dios está trabajando en tu favor y que tus oraciones serán contestadas. 

 

Por lo tanto, elimina el lenguaje negativo después de orar.