
LLAVES PARA LA ORACIÓN CONTESTADA
Por Rhonda Sciortino

No ores con ira, odio, amargura, resentimiento, pecado sin confesar, falta de perdón, un corazón no arrepentido, o con culpa en tu corazón.
El Salmo 66:18 dice, “Si yo consiento iniquidad en mi corazón, el Señor no oirá.”
Antes de orar, confiesa tus pecados, arrepiéntete, perdona a los que pecaron contra ti. Arrepiéntete significa “aléjate de”. Así que, aunque es bueno confesar tus pecados, es importante pedirle a Dios que te ayude a evitar el pecado en el futuro.
Jesús dijo en Marcos 11:25 que si tú tienes algo contra alguien, ve a resolverlo y perdónalo, y luego regresa a Dios para orar.
Perdona a otros que te hacen daño a pesar de lo odioso que sea el pecado contra ti, especialmente si no merecen ser perdonados. Esto es crítico para tu bienestar y para recibir respuestas a tus oraciones.
Si las persona que te hacen daño ya no están en tu vida, entonces simplemente resuelve el problema en tu corazón y tu mente. Perdónalos y sigue adelante. Resuelve no pensar o hablar de estas personas o de lo que te hicieron.
Muchas personas no están dispuestas a perdonar porque ven el perdón como dejar que la otra persona quede impune por el mal que él o ella han hecho. Pero no se equivoquen sobre este importante principio: el perdón te beneficia más a ti que a la otra persona.
Perdonar puede ser más fácil si tú consideras que al tener algo en contra de alguien, estás juzgando a esa persona.
Cuando nos aferramos a una ofensa, estamos juzgando la intención de la persona y creyendo que él o ella pretendía hacernos daño.
En muchos casos, la otra persona puede no tener intención de daño a nosotros en lo absoluto, pero se concentró en sus